LEYDER VÁSQUES PALOMINO-POETA, ENSAYISTA Y ESCRITOR
LEYDER VÁSQUEZ PALOMINO
Catedrático, poeta, ensayista y escritor (Celendín-Perú 1982) Egresado de la Universidad Nacional Federico Villarreal y Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Catedrático en la Universidad Enrique Guzmán y Valle-La Cantuta y Universidad Nacional Federico Villarreal. Autor de doce publicaciones: “Alma francesa” (Novela), “Verso y prosa” (Poesía), “Memorias del asno de oro” (Novela en verso decasílabo y estrofa con rima consonante o perfecta). Fundador de la revista internacional “El parnaso del nuevo mundo” se distribuye en América y Europa. 2009 ganó concurso internacional de poesía en homenaje a Víctor Jara en Argentina (Antología latinoamericana).
Con amor esta obra de arte
irá contigo a toda parte
por eso dedico para todos
apoyado en mis buenos codos
leí siempre obras desde antes
de varios autores y cantantes
y dedicado a sus mecenas
quienes comían buenas cenas
otros dedicaron a sus padres
a hijos, amigos, compadres
empresarios, amadas y amantes
tal vez fueron personas brillantes
olvidaron al resto del mundo
por eso quedé meditabundo
los demás son de carne y hueso
no neguemos el arte; por eso
yo
dedico:
¡A todos los seres humanos!
El poeta, Leyder Vásquez Palomino, a través de su producción literaria, filosófica y social –Las memorias del asno de oro-, hace una descripción de sus trayectoria, experiencias cotidianas, potencia de atracción a la Literatura y un teórico lúdico de la lírica, llegó a formular un decálogo valioso para los escritores y lectores; como maestro, no solo arroja un solo golpe de hexaedro, sino se lanza a todas las aventuras de la vida así como en la obra “Amadís de Gaula” , de Garci Rodríguez de Montalvo – la obra de Vásquez encierra poco a poco el sentido órfico del universo. Y también estaba el dueño del asno leyendo El quijote, tocándose el bigote recordando a su Rocinante, el caballo grande y brillante. El poeta es amante a los caballos de paso, siempre va al frente marcando el paso comprometiendo a sus seguidores al arte de escribir, narrar y placer a leer, y su aptitud es leer obras de caballería y otras. Esto hace un juego de dados con los personajes de la obra “El Quijote de la Mancha” de Miguel Cervantes Saavedra, el más ilustre de los escritores españoles, al escribir dicha obra creó dos hombres inseparables e inmortales: Don Quijote –que personifica al hombre brillante, exitoso que se guía por sus ideales-, y su escudero, Sancho Panza –es tranquilo y del buen sentido-. Esto nos quiere decir, el poeta es un caballero andante de las artes y las humanidades, siempre en su mente están presente sus padres como un Dios pequeño de guía y se lanza a todos los azares de la vida; es como el Quijote que leía y convencido de que su deber era combatir a los malvados gigantes de la tierra, a los maléfico hechiceros y ayudar a los débiles, así es Leyder Vásquez quiere un mundo más humano, donde se cultive los valores: paz, justicia, democracia, libertad, se respete a los débiles y pobres, porque observa una sociedad sumergida bajo la oscuridad, la corrupción, la miseria, el dolor, la muerte y el hambre, con este libro nos da una lección y nos enseña que todo humano desde el vientre de la madre debe respetar a sus semejantes, a ser político, a tenerlo el oído y el ojo vivo.
Roger Lozano Pastor
El amigo y poeta Leyder Vásquez Palomino, nos da una gran lección y un golpe a la realidad con su nueva obra: “Memorias del asno de oro”. Esta obra engloba la realidad existente, que muchos nos negamos a tocarla, con la misma acritud y sensibilidad que el asno, en la obra, enmarcando un claro ejemplo de humildad y sencillez, donde se puede apreciar a un asno con claro sentir de humanidad. Resaltante la vida misma de servicio en Teresa de Calcuta y el pensamiento pacifista de Mohandas Gandhi. A su vez da gritos encubiertos, de cambiar al mundo. No solo es una obra, sino una enseñanza de amor a la humanidad; obra muy completa y con gran sentido humanitario. Aplaudible en todo sentido.
Soraida Montes Pinto
Nuestro escritor peruano Leyder Vásquez Palomino por medio de sus versos sencillos, aunque no por ello menos profundos; el Perú que observa y ama, lleva al lector a contemplar el mundo desde los ojos de un asno, describe y cuestiona el medio social, político y cultural que nos rodea. Es un viaje también al Perú profundo. Nuestro compañero escritor renueva una vez más nuestro entusiasmo por recobrar la identidad latinoamericana y es orgulloso de serlo desde la realidad de su patria.
Alexánder Buitrago Bolívar
Todo inició aquella noche
cuando había poco soroche
la luna bosques iluminaba
y don Juan descansando estaba
y los demás estaban cansados
de día pasaron abrasados
dormían sin mover la cadera
sin escuchar una marinera
todos los vecinos bien roncaban
ni finos gallos los despertaban
dormían ellos a pierna suelta
como los cerdos sin darse vuelta
y habiendo mucho por hacer
y hay pobres por satisfacer
y por ellos no se preocupan
y como si todos tendrían pan
me paré en medio del corral
todavía cerca de un gran panal
sentí picadura de la abeja
también baló fuerte la oveja
mi valle bien cálido, La Llanga
los niños no comían cachanga
y dueño de ahí era Amado
Silva, todo hombre respetado
mi valle parecía Comala
y no encontraban mujer mala
y porque ellas nada negaban
todo por el contrario rogaban
algunos dicen que parecía
Macondo del gran Gabriel García
Pero no hubo ningún Arcadio
ninguna Úrsula, dijo Jadio.
Como siempre mi querido dueño
dejábase su hermoso sueño
patrón se sentía Martín Fierro,
gaucho, huesos y alma de hierro
no tenía primaria completa
tenía libros en su maleta
el gran libro Amadís de Gaula
prestaba siempre a doña Paula,
y también estaba el Quijote
leía tocándose el bigote
recordando a su Rocinante
el caballo grande y brillante.
Y en la mañana me jalaron
en la puerta rápido cargaron
y tenía que llevar naranja
y regresaba por una granja
me subieron el largo costal
patrona tiró el delantal
y patrón amable se despidió
levantó el brazo y se perdió
mis cascos parecen de madera
soportaban carga y gotera
y pensaban que era de hierro
por donde voy yo bien los entierro.
Por el camino va Zacarías
hombre que jamás encontrarías
llevaba su carga como mulo
no sentía peso ni simulo
tomamos agua en la Represa
se despidió de doña Teresa
y subimos la abrupta cuesta
Shururo, parece una cresta.
En la provincia de Celendín
donde se come rico budín
tenía que vender poca carga
si no mostraba su cara larga
muy cerca una zapatería
saltan niños una gritería
adentro estaba un padrino
y por ahí pasó un pollino
llegó el hijo del zapatero
y preguntó por el gran Platero
no respondí esa gran pregunta
mi dueño me pegó con la punta
agregó de pronto un mozuelo
iba al río con su anzuelo
recuerdan a don Ramón Jiménez
pensé solo en José Martínez
fui por el Instituto Merino
ellos dicen viene el pollino
ahí el maestro Loco Nelo
su cabeza no tenía pelo
gran ciudad para el universo
digo de verdad a puro verso
la gente lleva puesto sombrero
no solo lo dice un obrero
la plaza taurina de Sevilla
el sol en el cielo azul brilla
la gente degusta: cuy, tamales
y chicha desde los carnavales
caminan con la frente en alto
no mendigan debajo del palto
muchos negociando chocolate
otros trabajando en petate.